Allí donde hay un propósito, hay un latido. Allí donde varias personas comparten propósito, esos latido comienzan a sonar juntos y empieza un ritmo. Allí donde ese ritmo es escuchado y compartido, se inicia un círculo. Y si esos círculos son abiertos y se mantienen vivos... las palabras se convierten en hechos, y los hechos en proyectos que construyen nuevas realidades.
En Aditudana nos organizamos de forma natural en círculos de trabajo, que se forman de manera autoorganizada alrededor de temáticas diversas que resuenan con nuestro propósito. Unas veces somos impulsores; otras veces aprendemos del impulso de otros. A veces es dar, a veces es recibir, pero siempre es vivir y compartir. Integramos estos círculos en nuestra vida diaria, porque queremos vivir sumando propósito a todo aquello que nos llena.
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